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JULIA DE BURGOS Y EL AMOR QUE DA RAZON DE SI

SHIGAKI Yoshiko

Resumen

Cuando se habla del afán de justicia social de Julia, muchas veces se refiere a los poemas del primer poemario o a las obras más agitadoras publicadas en la prensa.

Entonces, ¿no eran políticas las obras del mundo amoroso? Hasta ahora se ha afirmado que los poemas amorosos no eran tan simples, sino que hablan de la agonía del amor, la búsqueda de sí misma, declara su identidad firme, etc. Con todo, creemos que los poemas amorosos de Julia no sólo mostraron lo profundo del amor y la vida sino que alzaron la voz contra la discriminación femenina. En este sentido tienen una tendencia más poítica.

Es cierto que el amor supremo no se asegura una solución que determine la situación de la mujer. Al final de sus poemas la poeta misma se encontraba desesperada, pues su ideal no fue captado por el hombre, ni por el mundo actual. Sin embargo podemos evaluar en muchas de sus obras líricas como un punto de partida del alzamiento femenino. Nos damos cuenta de que Julia buscaba la esencia de su existencia en el amor y eso conduce a liberarse a una atada a la sociedad convencional. Y lleva hasta la idea de la liberación del sexo que surgió como una lema del movimiento feminismo de los años setenta considerando la determinación del cuerpo de la mujer. La tarea de renovarlo es trabajo de nosotras las mujeres.

 

1) BREVES NOTAS DE JULIA DE BURGOS Y TEMA DEL ESTUDIO

Julia de Burgos se distinguió como una poeta que fomentó una imagen nueva de la mujer puertorriqueña e hispanoamericana con tres libros y unos escritos publicados en la prensa. Ella nació en Puerto Rico en el año 1914. Publicó sus dos libros de poesía Poema en 20 surcos y Canción de la verdad sencilla en los años 1938 y 1939, respectivamente. Ambos fueron bien acogidos por el círculo literario de Puerto Rico y el último fue premiado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. En 1940, Julia partió a Nueva York donde permaneció algunos meses. Luego estuvo en Cuba trabajando en su tercer poemario El mar y tú hasta 1942. Posteriormente se dirigió a Nueva York a raíz de una decepción amorosa. Allí se colocó en diversos trabajos para sustentarse, pero nunca salió de la estrechez económica. En el año 1953 Julia fue encontrada inconsciente en una de las calles de la urbe neoyorquina y falleció poco después de ser llevada al hospital de Harlem. El tercer poemario El mar y tú se publicó póstumamente en el año 1954. 1

En la mayor parte de sus poemarios, Julia cantó como poeta lírica la maravilla del amor y su mundo interior empleando términos de la naturaleza de su isla tropical. Y en un número significativo de poemas expresó su idea anticonvencionalista, reflejando las circunstancias socio-políticas de su época así como la realidad histórico-cultural puertorriqueña. Julia escribió una de estas ideas convencionalistas en “Río Grande de Loíza”, poema sumamente popular, y en el cual expresó su amor a la isla y su emoción de dolor por el status político isleño. Este dolor nace por su sensación muy arraigada con la naturaleza borinqueña.

Asimismo existen varias obras en donde se aprecia la rebeldía de la voz femenina de Hispanoamérica. Por ejemplo, las obras “A Julia de Burgos” y “Yo misma fui mi ruta” han ganado amplia difusión como obras que tratan sobre la rebeldía femenina.

Ciertamente es muy claro el mensaje político en los mencionados. Y gran parte de estos mensajes políticos se encuentran en su primer poemario, en el que es muy notable su empeño de retratar el asunto socio-político puertorriqueño. Mientras que en el segundo poemario, Canción de la verdad sencilla, casi abandona las preocupaciones sociales y brilla su talento lírico. En el tercer poemario, El mar y tú, despliega una madurez hacia lo profundo de sí misma como la continuación del segundo poemario, pero se encuentra con una dolorosa pérdida del amor y en tal decepción Julia llega a buscar el alivio a través de la muerte. Así, desaparece el tema político en los útimos poemarios.

Por lo tanto, cuando se habla del afán de justicia social de Julia, muchas veces se refiere a los poemas del primer poemario o a las obras más agitadoras publicadas en la prensa. Últimamente han progresado las investigaciones sobre la ideología o las actividades políticas de Julia. Se han publicado sus obras políticas sucesivamente, demostrándose que ella no era una simple poeta lírica. 2

Entonces, ¿no eran políticas las obras del mundo amoroso? ¿Se encuentra lo político en lo amoroso? Hasta ahora se ha afirmado que los poemas amorosos no eran tan simples, sino que hablan de la agonía del amor, la búsqueda de sí misma, declara su identidad firme, etc. 3 Con todo, creemos que los poemas amorosos de Julia no sólo mostraron lo profundo del amor y la vida sino que alzaron la voz contra la discriminación femenina, pues en este sentido tienen una tendencia más poítica. En este trabajo comprobaremos este punto.

2) CONFLICTOS DE SER MUJER Y TENER VOCACION DE SER POETA

Julia comienza su primer poemario Poema en 20 surcos con el poema “A Julia de Burgos”. Dice:

“Ya las gentes murmuran que yo soy tu enemiga/ porque dicen que en verso doy al mundo tu yo./ Mienten, Julia de Burgos. Mienten, Julia de Burgos./ La que se alza en mis versos no es tu voz; es mi voz;/ porque tú eres ropaje y la esencia soy yo [...] Tú, miel de cortesanas hipocresías; yo no;/ que en todos mis poemas desnudo el corazón[...] Tú eres sólo la grave señora señorona;/ yo no; yo soy la vida, la fuerza, la mujer.”4

Julia inicia este poema en forma imprevista. Nos dirige la palabra como si ella estuviera al lado nuestro y nos cuenta que “el más profundo abismo se tiende entre”5 su “yo” auténtico como poeta y su “yo” falso determinado socialmente. Este comienzo nos da una impresión fresca y provoca interés en lo que va a contarnos la poeta. Y Julia reclama el rumbo de la reforma de justicia social como una mujer consciente cargada de responsabilidad social. Termina el poema con las siguientes palabras:

“Cuando las multitudes corran alborotadas[...] contra ti, y contra todo lo injusto y lo inhumano,/ yo iré en medio de ellas con la tea en la mano.”6

Aunque esta declaración sincera suene muy simple y poco original, sería muy difícil de cumplirla para las mujeres atadas a los prejuicios de los hombres. Julia lo sabía bien y expresó la complejidad de la realidad por medio del tajante contraste entre sus “dos yo” que viven en sí misma.

Así empieza su primer poemario y termina con el poema “Yo misma fui mi ruta”.

“Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:/ un intento de vida;/ un juego al escondite con mi ser./ Pero yo estaba hecha de presentes;/ cuando ya los heraldos me anunciaban en el regio desfile de los troncos viejos,/ se me torció el deseo de seguir a los hombres,/ y el homenaje se quedó esperándome.”7

Nos emociona la decisión que ella eligió: “la expresión que le venía de adentro,/ la expresión definida que asomaba un sentimiento de liberación íntima”. 8 Es su virtud y singular energía hasta liberarse como mujer. Recibimos su mensaje de no obedecer al hombre sino a la voz íntima de nosotras mismas. Con las palabras usadas por Julia, que despiertan nuestro ser, nos formamos una imagen fuerte de una mujer, con la conciencia firme de sí misma; sin el complejo de inferioridad de ser mujer. En realidad su forma de vivir era la de una mujer decidida.

Julia tropezó con varias crisis en su vida; la pobreza, divorcio, separaciones, emigración y enfermedad. Ella siempre seguía trabajando y escribiendo, nunca dejó de ser poeta. La lucha en la vida, su fe en ser poeta y sus poemas, todo esto nos hace darle una imagen feminista. Sin embargo, nos damos cuenta con sus obras que a ella la sostenía el orgullo de ser poeta, más que la ideología feminista. Julia misma lo manifiesta en su poema “Poema para mi muerte”:

“Morir conmigo misma, abandonada y sola,/ en la más densa roca de una isla desierta[...] ¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede/ recordarme, en la roca de una isla desierta?/ Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra,/ hijo mío y de la muerte, me llamarán poeta.”9

Siendo poeta, Julia se daba cuenta profundamente que se estaba oponiendo al papel de mujer que el mundo esperaba de ella. La poeta dice en el poema mencionado “Yo misma fui mi ruta”, que su “rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro[...] se me torció el deseo de seguir a los hombres, y el homenaje se quedó esperándome”. 10 Su decisión valiente de anticonvencionalismo permite suponer su soledad. Al definir su rumbo en el presente como poeta, el mundo dejaría de rendirle homenaje como arquetipo de mujer ideal. Es decir, el ser poeta le hace tener conciencia de ser mujer. En los siguientes capítulos vamos a ver cómo ha expresado esto en los poemas amorosos.

3) EL AMOR QUE DA RAZON DE SI MISMA

El segundo poemario Canción de la verdad sencilla fue reflejo de un amor que da razón de sí. El tercer poemario El mar y tú, contiene poemas de amor, de pérdida del amor y de la muerte. Vemos que el tema central de la obra de Julia es el amor.

Los primeros versos de Canción de la verdad sencilla, “Poema detenido en un amanecer” empieza así:

“Nadie./ Iba yo sola./ Nadie./ Pintando las auroras con mi único color de soledad./ Nadie.”11

Entendemos que la palabra “soledad” sirve a Julia para expresar “el ser” o “a sí misma”. Nos sorprende la quietud de Julia contando que el amor es una actitud solitaria. Además esa quietud no significa la paz. Dice:

"Repitiéndome en todas las desesperaciones./ Callándome por dentro el grito de buscarte./ Sumándome ideales en cada verdad rota./ Hiriendo las espigas con mi duelo de alzarte.”12

Sin embargo, dentro de esta actitud solitaria llega a obtener cierta esperanza:

“Madrugadas de dioses/ maravillosamente despertaron mis valles[...] ¡Albas duras y ágiles!/ Todo en ti: ¡sol salvaje!”13

Entonces Julia se pregunta a sí misma y contesta tranquilamente al final:

“¿Y yo?/ -Una verdad sencilla para amarte[...]14

La poeta expresa en forma conjunta su quietud, amargura e ímpetu en un mismo poema. Dice que el amor es como pintar las auroras con su color de soledad, que esa aurora es el amado y que ella es una verdad sencilla de amarlo. La poeta acepta el amor entero, aunque el amor origina la soledad y le causa quedarse “como paloma acurrucada”. 15 Cargando la amargura del amor aguanta su vida y declara definitivamente su amor al amado. Aquí vemos dos rostros de la poeta: una mujer quien piensa en el amor ardiente como su sangre y otra quien de lejos lo observa y expresa con toda la alma.

Esto lo podemos ver también en el poema “Canción de la verdad sencilla” cuyo contenido se convirtió en el título del libro:

“No es él que me lleva... / Es mi vida que en su vida palpita./ Es la llamada tibia de mi alma/ que se ha ido a cantar entre sus rimas./ Es la inquietud de viaje de mi espíritu/ que ha encontrado en su rumbo eterna vía./ El y yo somos uno[...] No es él que me lleva... Es su vida que corre por la mía”16

Julia no se pierde en el amor sino que se siente enriquecida, ensanchándose su mundo y su sentimiento enérgico. En el poema “Alta mar y gaviota” dice:

“Por tu vida yo soy.../ En tus ojos yo vivo la armonía de lo eterno./ La emoción se me riega,/ y se ensancha mi sangre por las venas del mundo./ No doy ecos partidos./ Lo inmutable me sigue/ resbalando hasta el fondo de mi propia conciencia[...] / Por tu vida yo soy/ alta mar y gaviota:/ en ella vibro/ y crezco...”17

El amor enriqueció a Julia así como el mar borinqueño formó a la poeta. El amor, al igual que el mar natal inspiran a la poeta para expresar su alma. En este amor se juntan el hombre y el mar. Casi desaparecen las barreras entre ellos. La figura de Julia, quien vuela en el amor se ha expresado como una gaviota que vuela en el mar. Y la mirada de Julia que la describe alaba su propia figura en el amor. Casi se extasía en el amor mezclando en ella la belleza de la naturaleza de su país. Su mirada amorosa hacia el hombre unido a la naturaleza se encuentra en varios poemas, pero de todos estos se destaca el poema “El mar y tú” del tercer poemario:

“La carrera del mar sobre mi puerta/ es sensación azul entre mis dedos,/ y tu salto impetuoso por mi espíritu/ es no menos azul, me nace eterno./ Todo el color de aurora despertada/ el mar y tú lo nadan a mi encuentro,/ y en locura de amarme hasta el naufragio[...] Todo el color de aurora despertada/ el mar y tú lo estiren en un sueño/ que se lleve mi barco de gaviotas/ y me deje en el agua de dos cielos.”18

Así, Julia acepta su amor como una esencia de la vida.

4) FE EN EL AMOR

La actitud de Julia hacia el amor, lejos de ser meramente pasiva, demuestra su actividad; es decir, que expresa en sus poemas la confianza absoluta en su sentir. En el poema “Nada” del primer poemario expresa un llamamiento desafiante al amado quien simula ser un hombre sabio:

“Como la vida es nada en tu filosofía,/ brindemos por el cierto no ser de nuestros cuerpos./ Brindemos por la nada de tus sensuales labios/ que son ceros sensuales en tus azules besos[...] Brindemos por la nada del material reclamo/ que se hunde y se levanta en tu carnal deseo[...] Brindemos por la nada bien nada de tu alma[...] Brindemos por nosotros, por ellos, por ninguno;/ por estar siempre nada de nuestros nunca cuerpos”19

La poeta contesta a la filosofía del hombre diciendo que la vida es nada. Empieza así a enemistarse con la idea del hombre. La vida es hermosa y su cuerpo es certidumbre. El amor significa vivir la vida y aceptar la vida. Ella fue tan segura en lo que sentía que no podía estar de acuerdo con el amado, quien no quería aceptar el amor sino dominarlo.

Como otros ejemplos de su posición podemos citar los siguientes.

En “Canción desnuda” del segundo poemario nos dice:

“Despierta de caricias,/ aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo[...] Yo no supe guardarme de invencibles corrientes./ ¡Yo fuí la Vida, amado!/ La vida que en ti mismo descarriaba su rumbo/ para darse a mis brazos.”20

Y también “Canción hacia adentro” del tercer poemario:

“¡No me recuerdes! ¡Siénteme!/ Hay sólo un trino entre tu amor y mi alma[...] ¡No me recuerdes!, ¡Siénteme!/ Mientras menos me pienses, más me amas.”21

De tal manera Julia insistió en el amor. Para ella el amor es algo dinámico de la vida, lleno de energía que supera cualquier argumento. Esto nos da una imagen de una mujer con su propio ser, que lejos de ser la mujer insegura y obediente al hombre, dirige su propia conciencia y vida. Puesto que ella tenía firmeza de espíritu, fue posible que escribiera abundante poesía amorosa. Al mismo tiempo que insistía en el amor al hombre, en el fondo se nota la discrepancia en sus poemas, entre lo que piensa y piensa el hombre.

5) AFIRMACION DE SER MUJER EN EL AMOR

Julia volcó en sus poemas todo su lirismo. Y al componer sus poemas de amor, incluye con audacia el elemento erótico. Es decir, en sus obras afirma la emoción del erotismo como una emoción natural, por lo que podemos ver en ella la afirmación de su sexo y de su vida. Para ello se debe estar bien definida como mujer. No puede afirmar su identidad de mujer quien se considere inferior física y espiritualmente con respecto al hombre. La poeta no tiene ninguna discrepancia o conflicto entre su emoción de amor y la sensualidad, ni entre la sensualidad y el hecho de ser mujer.

Por ejemplo, ya vimos la afirmación de su sexualidad en su primer poemario en donde Julia afirma el deseo carnal y la belleza del cuerpo humano en el poema irónico “Nada”:

“Brindemos por la nada del material reclamo/ que se hunde y se levanta en tu carnal deseo[...] brindemos por el bello no ser de nuestros cuerpos.”22

También en el sentimiento de unirse con el río, que expresó Julia en el poema patriótico ”Río Grande de Loíza”, hacía pleno uso del erotismo para contar su amor al país. Podemos citar como ejemplo lo siguiente:

“Enróscate en mis labios y deja que te beba,/ para sentirte mío por un breve momento[...] Muy señor río mío. Río hombre. Unico hombre/ que ha besado en mi alma al besar en mi cuerpo[...] Río grande. Llanto grande./ El más grande de todos nuestros llantos isleños,/ si no fuera más grande el que de mí se sale/ por los ojos del alma para mi esclavo pueblo.”23

O podemos citar como ejemplo los versos de “Noche de amor en tres cantos” del segundo poemario en que la poeta expresó libremente lo maravilloso del amor sensual:

“¡Cómo suena en mi alma la idea/ de una noche completa en tus brazos,/ diluyéndome toda en caricias/ mientras tú te me das extasiado!/ ¡Qué infinito el temblor de miradas/ que vendrá en la emoción del abrazo,/ y qué tierno el coloquio de besos/ que tendré estremecida en tus labios! [...] Se ha quedado tu vida en mi vida.”24

La mujer es infrahumana en la sociedad patriarcal, por lo que la mujer es el deseo carnal personificado para que sirviera al hombre.

En el contexto de la cultura patriarcal, nació una fuerza para afirmar el erotismo como algo natural y al expresarlo, reconociendo ella misma su cuerpo carnal y el ser mujer. Fue mucho antes de declararse la liberación del sexo de la década de los años setenta. Se necesitaba tener fe en su existencia y una energía gigante para poder negar en una época más exigente que la actual, los deberes tradicionales de las mujeres.

6) AGONIA DEL AMOR

El amor fue esencia y meta de la vida en la conciencia de Julia. Es muy comentada la relación con un dirigente político dominicano: Juan Isidro Jimenes Grullón. De esta relación nació el segundo poemario Canción de la verdad sencilla. Sin embago ella sufría también por la relación inestable con su amante. La familia del amante, de clase alta, insistía en que no se casaran; hasta que por fin él la abandonó. Ella escribió una carta a su hermana:

“Le fue dando generosamente el tiempo al tiempo a ver si podía convencer a sus padres. Últimamente me lo dijo francamente, que mientras vivieran ellos, no podía hacer nada[...] está muerto aquello tan enorme. El rebajó con rencores pequeños y desbordada y brutal pasión aquello tan enorme. El profundo dolor se ha convertido en indignación. No con él, sino con el hombre mismo. Para mí no existe él, sino la humanidad. ¡Y qué pobre es! ... Le escribí un profundo, desgarrador, pero inaplazable adiós. Y por veinte días, ya libre, volví a ser yo...Y aquí estoy, llorando no de dolor, sino de decepción.”25

La idea que el amor supera a todo, no captó al amante. Esperando o desesperando, Julia hizo un poema que dice:

“Te esperaré la vida. Levántame el ensueño[...] Vuélvete la caricia. No quiero que limites/ tus ojos en mi cuerpo. Mi senda es el espacio./ Recorrerme es huirse de todos los senderos.../ Soy el desequilibrio danzante de los astros.”26

Su ensueño es amor. Julia esperaba que el amante entendiera que el amor era desnudarse el corazón y encontrarse con la vida sincera. Pero su amante era un hombre que vivía en la realidad. La poeta luchaba contra molinos de viento como ella misma había declarado en el comienzo del primer poemario ¨A Julia de Burgos¨: “que yo soy Rocinante corriendo desbocado olfateando horizontes de justicia de Dios.”27 La agonía se debe al correrse el ensueño que no se realizó nunca. Julia lo expresó:

“Nada turba mi ser, pero estoy triste./ Algo lento de sombra me golpea[...] la tristeza sin fin de ser poeta,/ de cantar y cantar, sin que se rompa/ la tragedia sin par de la existencia.”28

Esta agonía nos supone el abismo entre el ensueño del amor y la sociedad patriarcal. Eso es justamente como la grieta entre el mundo de la mujer y del hombre.

7) ALZAMIENTO FEMENINO DE LOS POEMAS AMOROSOS

Como hemos visto anteriormente, Julia expresó su mundo lírico insistiendo en el amor supremo. Notamos que su mundo es contrario al deseo de los hombres; de reducir a la mujer a un objeto sexual excluyendo la personalidad de la mujer. En sus obras, el amor es un deseo natural de la carne que trasciende a lo espiritual, en una época en la que la sociedad lo trataba como una manera de despersonificación de la mujer. En otras palabras, en la sociedad en que el sexo funcionaba como elemento opresor de las mujeres, la poeta reconoció que debía liberarse a través del amor, con la conciencia de ser mujer. En ese sentido, las obras líricas significaron estar contra la corriente y los convencionalismos de su época.

Julia expresó el amor porque algo se lo inspiraba, sin saber que sus poemas iban a causar el alzamiento contra el fundamento del problema femenino. Ella obedeció fielmente a su voz íntima. No obstante eso no hace que pierda el valor del levantamiento contra lo que estipulaba la sociedad en ese entonces.

Sin embargo, tenemos que preguntarnos si ha existido en realidad el amor supremo en la pareja. O si meramente fue un sueño que nunca llegó a realizarse. Tenemos una respuesta negativa. Puesto que ya se ha probado en varias investigaciones sobre las mujeres que la relación entre mujer y hombre, incluso la forma de amarse, se ha determinado según las culturas, que nunca han permitido la igualdad a las mujeres. Es decir, en realidad no ha existido nunca el amor supremo entre la mujer y el hombre.

Además de esto, la idealización del amor abarca un riesgo de no tener suficiente conciencia sobre la circunstancia de ser mujer sino estar estancada en el amor, el cual paradójicamente no existe. En otras palabras, su destino sería vivir en el amor irreal y no se opondría a sentirse como sexo subalterno.

Teniendo en consideración estos defectos, le sobra el valor de alzarse contra la forma de amor actual, como un primer paso de buscar la posición nueva de la mujer. La razón por la que decimos esto es que las mujeres expulsadas del poder económico, viven dependiendo de la relación entre hombre y mujer más que los hombres. En eso ella experimenta directamente la relación política del sexo, en donde se realiza justamente el deseo de los hombres de colocar a la mujer como una hembra social. Para cambiar esta situación, las mujeres deben interrogarse acerca del amor y ser concientes de las circunstancias femeninas.

Aunque el amor supremo sea irreal y no sabemos si sería posible realizar esta ideología que la llevaba a una serie de contradicciones, es cierto que puso reparos a la situación actual de la sexualidad. En este sentido podemos evaluar que Julia lanzó el amor supremo contra lo actual tocando el fundamento del problema de la sexualidad.

8) CONCLUSION

Julia escribió los poemas expresando su ideología política y sentimiento amoroso. Estos poemas líricos no son en políticos al parecer. Sin embargo encontramos el valor político en ellos considerando la situación de las mujeres, sobre todo, en la primera etapa de la transformación de la sociedad industrializada. En ella se formaron las estructuras de la sociedad actual y fue un tiempo de búsqueda de la identidad acorde con la nueva sociedad.

La poeta insistió en el amor al hombre quien encarna la sociedad actual, negando su demarcación como materia sexual y afirmando su existencia vital. Así sus poemas líricos tocaban el fundamento de la situación femenina y la poeta nos planteó el rumbo de una rebelión femenina. En este sentido sus poemas líricos son más que todo políticos.

Es cierto que el amor no proporciona una solución que mejore la situación de la mujer. Al final de sus poemas la poeta misma se encontraba desesperada, pues su ideal no fue captado por el hombre, ni por el mundo actual. Sin embargo gracias a sus obras líricas podemos evaluar un punto de partida del alzamiento femenino. Tal vez no se lograra la emancipación de la mujer con una simple reclamación del amor. Pero nos damos cuenta de que Julia buscaba la esencia de su existencia en el amor, que es lo que conduce a una mujer atada a la sociedad convencional a liberarse. Y lleva hasta la idea de la liberación del sexo que surgió como una lema del feminismo de los años setenta considerando la determinación del cuerpo de la mujer. La tarea de renovarlo es trabajo de nosotras las mujeres.

Agradecimientos

* A la señorita Chiemi Nakama y a la Prof. Lilia Ota, de la Universidad de Ryukyu de Japón, mi gratitud por su ayuda en la corrección de este manuscrito.

NOTAS

1. Sobre la vida de Julia de Burgos, véanse los siguientes: Martínez Masdeu, Edgar, Cronología de Julia de Burgos, San Juan, Puerto Rico, Ateneo Puertorriqueño, 1992, 60p.; Jiménez de Báez, Yvette, Julia de Burgos: vida y poesía, San Juan, Puerto Rico, Editorial Coquí, 1966, p.9-79; Rodríguez Pagán, Juan Antonio, Tres rostros de Nueva York y un largo silencio de piedra, Humacao, Puerto Rico, Editorial Oriente, 1987, p.v-125.

2. Se ha trabajado detalladamente sobre el afán político de Julia de Burgos en los libros: La hora tricolor: Cantos revolucionarios y proletarios de Julia de Burgos, Humacao, Puerto Rico, Editorial Cundiamor, 1992, 156p. de Juan Antonio Roríguez Pagán; y Julia de Burgos: Periodista en Nueva York, San Juan, Puerto Rico, Ateneo Puertorriqueño, 1992. 90p. del mismo autor.

3. Por ejemplo, véase la siguiente crítica importante de enfoque feminista: “La poesía de Julia de Burgos: Mujer de humana lucha”, En: Julia de Burgos: Yo misma fui mi ruta, San Juan, Puerto Rico, Huracán, 1986, p.7-48. de María Solá.

4. Burgos, Julia de, Poema en 20 surcos, San Juan, Puerto Rico, Imprenta Venezuela, 1938, s.p.

5. Ibid., s.p.

6. Ibid., s.p.

7. Ibid., s.p.

8. Ibid., s.p.

9. Burgos, Julia de, El mar y tú , San Juan, Puerto Rico, Puerto Rico Printing and Publishing Co., 1954, p.111-112.

10. Burgos, op. ct., 1938, s.p.

11. Burgos, Julia de, Canción de la verdad sencilla, San Juan, Puerto Rico, Casa Baldrich,1939, p.1.

12. Ibid., p.1.

13. Ibid., p.2.

14. Ibid., p.2.

15. Ibid., p.2.

16. Burgos, Julia de, Canción de la verdad sencilla, Río Piedras, Puerto Rico, Ediciones Huracán, 1982, p.59-60.

17. Burgos, op. ct., 1939, p.33-34.

18. Burgos, op. ct., 1954, p.3-4.

19. Burgos, op. ct., 1938, s.p.

20. Burgos, op. ct., 1939, p.27-28.

21. Burgos, op. ct., 1954, p.19-20.

22. Burgos, op. ct., 1938, s.p.

23. Ibid., s.p.

24. Burgos, op. ct., 1939, p.19-23.

25. Jiménez de Báez, op. ct., 1966, p.60.

26. Burgos, “Mi senda es el espacio”, op. ct., 1954, p.35.

27. Burgos, op. ct., 1938, s.p.

28. Burgos, “Canción amarga”, op. ct., 1954, p.37.